Hace poco leí un artículo donde se menciona el motivo por el cual a los niños con alguna condición o discapacidad física y/o intelectual, hoy en día se les llama: “Niños Especiales o Niños Discapacitados o Niños con Capacidades Diferentes”. Y una de las cosas que menciona es que lenguaje se ha ido humanizando con los años, ya que en generaciones pasadas se hablaba de niños mongólicos, y en día nos parece impensable utilizar esos términos. Niños estúpidos, retrasados o idiotas son expresiones que afortunadamente han pasado a la historia.
Actualmente se suele utilizar el nombre de la discapacidad para referirnos a los niños con Síndrome de Down, Asperger, autistas, con trastornos motores, etc. Sin embargo, algunos padres de niños con alguna condición han comenzado a utilizar el término: niños con capacidades diferentes o niños especiales, incluso se autodenominan Padres Especiales.
El término discapacidad o minusvalía se utiliza desde principios de los 90 cuando se concretó su uso tras el consenso llevado a cabo por más de 70 países.
Sin embargo, yo como madre de un niño con una condición, siempre he considerado que esto no es más que “etiquetas”, destinadas a crear y ratificar una diferencia, una fórmula para decir que tu hijo no es igual a los demás. Lo cual es totalmente cierto, pero te pregunto: ¿Todos los seres humanos no somos diferentes unos de otros? Incluso los gemelos idénticos tienen notables diferencias entre sí. Si tienes varios hijos o creciste entre varios hermanos, sabes que aunque sean hijos del mismo padre y madre, criados todos bajo el mismo techo y con las mismas normas, todos son completamente diferentes.
Pienso que la mejor manera para lograr la inclusión, es respetando y aceptando nuestras diferencias, sin tener que hacerlas notar. Enseñando a nuestros hijos, desde pequeños, que todos somos diferentes y eso no significa que ninguno sea mejor o más que otro. Que las diferencias son las que nos permiten crecer como seres humanos, nos ayudan a desarrollar la tolerancia, bondad, humildad, nobleza, generosidad y sobre todo el respeto y amor por el prójimo.
¿Imaginas un mundo, donde nuestros hijos crezcan con esos valores? ¿Qué te parece si desde hoy comenzamos? Déjame tu comentario, quiero saber que opinas